Será la hora de poner atención en las exportaciones de valor agregado?

Diálogo con Fernando Landa, presidente de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA)

Megatrade: Pasan los gobiernos prometiendo la revolución exportadora, pero todo queda en las palabras. En estos tiempos con una macro economía más estable, menos inflación, desregulaciones, sin embargo las exportaciones no despegan. Es un diagnóstico demasiado crítico?.

Fernando Landa: Es verdad que las exportaciones no despegan. Creo que desde sus inicios y hasta ahora, el gobierno nacional se enfocó mucho en la macro. Desde la CERA venimos comunicando algo básico; la exportación es la salida, sin embargo, el mensaje hasta hoy no llega.

Si se mira a China, allí sacaron a millones de personas de la pobreza con producción y exportación, impulsando beneficios para la sociedad que consume más y así crece el propio mercado. Esto incluso lleva a China a ser menos dependiente de las exportaciones, más allá de ser una potencia industrial fenomenal. Pongo el ejemplo de China, sólo como referencia, obviamente, porque no tenemos ni la población, ni la capacidad, ni el fondeo chino. El punto es que la Argentina tiene un límite en consumo interno, entonces tiene que crecer por otro lado, que es la exportación. Sin embargo, desde hace mucho tiempo su participación en el comercio mundial es inexistente. Pero esto mismo, hace que el potencial de crecimiento sea enorme, aquí hay una oportunidad y se debe trabajar en consecuencia.

M: También desde el sector empresario se ha respondido en que en algunos momentos interesa exportar pero no ha sido muy consistente y de pronto prefiere la facilidad del mercado interno….

F.L.: En la historia argentina se ha hecho todo como para desincentivar las exportaciones y con decisiones que influyen en cuestiones que ya quedan en el fondo del espíritu del empresario. Hablo por ejemplo, de las restricciones de exportación vinculadas con la liquidación de divisas. Entonces, se promovía liquidar menos, lo que afectaba la evaluación de la capacidad económico financiera, y así las empresas estaban impedidas de importar. En definitiva, era mejor dejar de exportar para no perjudicar la actividad en el mercado interno.

M: En eso hubo un cambio con esta administración…

F.L.: Si se terminaron ciertas limitaciones, pero aún hay inconsistencias. Por ejemplo, ARCA toma una medida muy positiva y que veníamos reclamando durante mucho tiempo desde la CERA, que permitía compensar los reintegros que debe el Estado al menos con las cuentas nuevas. Es decir, dejar compensar los reintegros con las deudas que vienen. Pero la medida tiene el límite para las exportaciones hasta U$2 millones. De alguna manera, esta desincentivando a aquél que exporta 2 millones más 1. Es decir, termina incentivando a no superar ese valor. El beneficio, de alguna forma promueve exportar menos. Es raro….

M: Si sos chiquito, te doy el beneficio, si sos grande, no te lo doy.

F.L.: En realidad le está diciendo a las empresas: "Quedate chiquito, porque si creces no te voy a dar ese beneficio”.

M: Se piensa que el reintegro o la devolución del IVA son “beneficios”…

F.L: En realidad no es una ventaja. Tendría que ser lo normal. Porque el Estado le está debiendo a la empresa y no le paga, de allí el reclamo que se pueda aplicar el reintegro a pagos futuros. Que además se paga con demoras, aunque hay que reconocer que ha mejorado en los últimos tiempos. De todos modos, si se analizan las cuentas nacionales, en el último año, del nivel de reintegros como porcentaje del monto exportado, ARCA ha erogado la mitad respecto al 2023, y respecto al promedio histórico. Y esto es porque no pagó. Estamos hablando de la erogación de reintegros contra el total exportado. Ese indicador en el acumulado de 2025 da la mitad, y ya venía cayendo en el 2024. Lo mismo sucede con el recupero de IVA, que es básico porque ningún país exporta impuestos. Pero se atrasan los pagos, y se genera una deuda estructural con los exportadores.

De alguna manera se viene liberando a las empresas más chicas después de muchos reclamos “para que no sufran tanto”, aunque allí no había tanto retraso. Pero sabemos que las exportaciones argentinas están muy concentradas; entonces estas demoras pegan mucho. Recordamos que, al exportar impuestos, entre otras cosas, se pierde competitividad y esto se traduce en que a las empresas no les cierren las cuentas y al final llega el desincentivo a exportar.

M: Hace años que las exportaciones de valor agregado en general están en el limbo y quienes quieren exportar ya no lo hacen ni en un pequeño porcentaje de su facturación…

F.L: Es interesante hacer la comparación en el número de empresas exportadoras con la región; donde se ve la enorme caída de nuestro país. La Argentina cuenta con más de 9000 empresas exportadoras, Chile tiene 7400, Perú 8900, si se lo compara con la población y además si vemos la evolución, en estos países el número ha crecido y aquí ha bajado.

M: Vuelvo con estos últimos años de “estabilidad macro” y donde se eliminaron muchas restricciones burocráticas…

F.L.: Sí, se han hecho cosas importantes, pero quizá a un ritmo más lento, lo que también tiene que ver con lo atrasados que estábamos. Pero hay ejemplos que denotan contradicciones o falta de análisis. Un caso; luego de varios meses de reclamo, se sacaron los derechos de exportación al aluminio y el acero. Pero uno se pregunta cómo se le van a poner derechos de exportación a estos productos que tienen a EE.UU. como su principal mercado y que fueron muy afectados por la 232 de Trump. Es un sector que además, esta super protegido en Europa. No se le pueden colocar aquí impuestos adicionales. Finalmente lo removieron, muy bien, pero hay que ir por más..

Por ejemplo, alguien se puso a analizar o a calcular si los reintegros que pensamos son suficientes o fueron bien medidos?. En el medio, se colocaron más impuestos y después hubo reducciones arbitrarias. Hay segmentos que tiene reintegro cero. No podemos pensar que los impuestos indirectos son cero, tampoco podemos pensar que en el sector automotriz son de 7%. Es evidente que se están exportando impuestos. Los gobiernos a veces piensan sólo en el costo fiscal del corto plazo, sin pensar en que exportar más significaría más empleo y en el ingreso por impuestos por otro lado…

M: Un pensamiento a corto plazo para que den los números…

F.L: Creo que lo que prima es la mentalidad para que cualquier medida no afecte la caja. Insisto, lo vemos en los reintegros, que no son un monto enorme, pero se pagan tarde o nunca y tiene que ver con una mentalidad que va más allá de “cuidar la caja”. Para pagar las deudas a los exportadores se utiliza una tasa inexistente, pero si los exportadores se atrasan les cobran el doble. Esto tiene que ver con mirar al exportador como un objeto de financiamiento y en verdad la exportación esta para que la Argentina crezca y genere empleo.

M: Desde hace años la CERA viene presentado un programa de estrategia exportadora, con propuestas concretas tanto regulatorias, operativas y de gestión de los mercados para el crecimiento del comercio exterior cambiando la mirada de funcionarios, legisladores y la sociedad en general. Las propuestas son muy puntuales…no es una declaración de principios. Presentaron la última antes de que asuma la actual administración.

F.L.: Desde la CERA vamos a insistir con la estrategia exportadora, siempre actualizando y señalando los puntos que los distintos sectores de la exportación nos marcan. Lo hacemos desde lo técnico, analizando primero sectorialmente cada complejo exportador dónde están los problemas, como ser, dónde el Estado le tiene que sacar el pie de encima a las empresas; recopilando información y así ayudar al sector público a orientar el esfuerzo y detallar cuáles son los puntos que nos hacen estar más alejados del mundo y nos quitan competitividad y que podríamos corregir.

Hay varios frentes donde ha avanzado el gobierno. Mucho en la desregulación, más todo lo liberado en cuanto a restricciones para la importación, lo que simplifica la compra de insumos, esto más las eliminaciones de restricciones en los primeros meses de gobierno. De todas formas, el exportador sigue viviendo en el cepo, porque no dispone de sus dólares, tiene que liquidar el 100% en el plazo que le dice el Estado y eso es nocivo. Es algo que ya el FMI lo ha dicho siempre en temas de acceso: es un problema que debe ser solucionado, mientras tanto genera una cantidad de inconvenientes que podrían ser minimizados.

Por ejemplo, todavía el recupero del IVA esta sujeto a la liquidación total de las divisas. Y eso es una locura. Ni siquiera coincide con la ley de IVA. Además, es desproporcionado porque si el que debe U$5 tiene el total del pago del recupero del IVA de la exportación detenido. Absurdo.

Otro tema tiene que ver con costos operativos, por ejemplo, las terminales portuarias cobran todos los gastos locales con un dólar que no es el oficial y por ende más caro, lo mismo sucede con las agencias respecto a los gastos locales como el river toll. Este no es, como algunos dicen, “un problema entre privados" porque si el exportador pudiera pagar con los dólares que generó, no habría inconvenientes, pero eso no sucede. Tiene que ver con ese problema de estar inmersos en el cepo. Si se solucionó en parte el pago de fletes. También hay que revisar el formato del tarifario de las terminales. Esto especialmente cuando aparecen gastos no muy claros, con cierta arbitrariedad, como cuando sale una inspección exhaustiva y que cuesta lo mismo que enviar un contenedor a China.

Otro tema recurrente es la situación del Puerto de Buenos Aires: falta de turnos, las llegadas fuera del forzoso, las revisiones exhaustivas reiteradas en determinados lugares. Pero los temas no se atacan…

Se han dado avances, como el incipiente fomento de la inspección aduanera remota con cámaras, lo que reduce el costo de tener que traer funcionarios para las aduanas domiciliarias. Pero falta mucho en materia de digitalización, por ejemplo, en SENASA, con factores operativos que encarecen y que hay que ir eliminando. Es un procesos en tránsito que se esta haciendo, pero va a llevar un tiempo.

M: El tema logístico pega muy fuerte…

F.L.: El tema de la logística es complicado porque se van encadenando problemas. Por ejemplo, se liberaron los bitrenes, pero las rutas en muchos lugares no se adaptan; hay terminales que no están preparadas para recibirlos, y en varios casos se generan cuellos de botella cuando se buscan alternativas.

Otro punto: del lado del Atlántico hay un puerto como el de San Antonio Este donde en su momento creció fuerte la salida de fruta del Alto Valle en contenedores, pero estos dejaron de llegar porque hay restricciones de bandera para hacer trasbordo, esto hace que los equipos se consigan vía Chile. Aparece fuerte la alternativa de los puertos chilenos que ha crecido con mucha inversión y debiéramos aprovecharlo y tomarlo como una oportunidad. Sin embargo, se ha avanzado muy poco en los tránsitos fronterizos. Un ejemplo lo vemos con el paso de Pino Hachado, que es por donde podría salir más producción del Alto Valle. Pero hay limitaciones, porque, por ejemplo, no tiene máquinas para retirar la nieve. Lo que muestra que, en lugar de evolucionar, hay situaciones que llevan a ir acomodándose a los problemas. Allí están los comités de frontera, pero basta ver las actas de trabajo en ciertos casos y da pena por lo inexistente de las propuestas o las hojas de ruta….

Otro tema que estamos notando es la creciente dependencia de los puertos de Brasil. Siempre hacemos referencia a que convertirse en un país con una logística como “puerto feeder” no es gratuito. Uno de los problemas que surgen, según nuestros socios, es que vienen de Brasil reefers en mal estado y hay que acostumbrarse a que al menos no estén dañados como para utilizarlos….

M: Esto también impacta por el escaso peso que viene teniendo el país en cuanto a volúmenes de carga en contenedores. Hace años moviendo lo mismo….. insólito…

F.L.: Así se genera una dinámica que no es buena. Al proyectar los números en base al histórico, no se hace nada para crecer. No es normal tener el mismo movimiento por años. Lo malo es que también el mundo se va acostumbrando a que tenemos estos ciclos o se generan expectativas que afuera dudan de que se cumplan. Seguimos con este número de contenedores, vamos al feeder y es un círculo difícil de salir.

Por otro lado, se puede planificar y pensar “si bajo las retenciones vamos a crecer”, pero estamos preparados en materia de logística?. Habrá capacidad para seguir metiendo camiones en lugar de utilizar el barco?.

No hay que olvidar que logística es un tema crucial porque además, estamos muy lejos de los mercados principales y hoy en día con todo el tema del seguimiento de la huella de carbono hay un riesgo cierto que se penalicen a los orígenes más distanciados. Que pasa, por ejemplo, si operan aquí buques con bajos estandards en energía de transición... no es bueno…

M: Aunque en estos tiempos, a partir de la guerra de Rusia con Ucrania, la asunción de Trump, hay una revisión en ciertos sectores sobre la velocidad del cambio hacia energías renovables…

F.L.: Vemos que el tema de la sustentabilidad tiene varias dimensiones y que no sólo tiene que ver con lo ambiental, sino también con lo social y son parámetros que más rápido o más lento, van formar barreras al ingreso de productos. Entonces nosotros tenemos que estar al frente, apuntando a ser proactivos en esta materia.

M: Uno de los puntos que vienen marcando desde la Cámara hace años, es la aplicación de tecnología, digitalización, la VUCE….

F.L.: Aquí se han dado avances, pero falta mucho. Por otro lado, en materia de digitalización no se entiende por qué no se avanza más; si casi todos los documentos son digitales. Porqué no terminamos de eliminar el papel y rápido?. Precisamente, preocupa el tema de la velocidad del cambio, que es muy lenta. Tenemos que avanzar más porque el mundo va avanzando y aquí vamos a otra velocidad. Puede haber voluntad, pero a veces las marchas y contramarchas o desilusiones impactan. Se puede tener la mirada de pensar en que se vienen épocas distintas, ir para adelante. Otros pueden pensar “quizás vayamos para atrás, miremos el dólar a ver qué pasa”, y así no se puede.

M: Cómo ven desde la CERA el complejo contexto de las relaciones comerciales internacionales, donde la Cámara trabaja mucho, pero no es fácil digerir las movidas de los grandes jugadores y el sistema multilateral parece un recuerdo…

F.L.: Creo que básicamente necesitamos acuerdos, más allá del tema arancelario. Acuerdos para que haya mayor credibilidad y vinculación para que llegue la inversión. Porque no hay crecimiento sin inversión y la Argentina la necesita. Esto más allá del tema de Vaca Muerta que es evidente, pero tampoco tenemos muy en claro el futuro de los precios de los commodities…

Por otro lado, es sabido que el contexto global es muy difícil. EE.UU. sancionó un combo de medidas:  Fentanilo, 232, sección 301 para Brasil, aranceles específicos para India y Brasil, el fin de la exención bajo el régimen de minimis, Liberation Day, con los aranceles recíprocos, todos módulos que se van apilando, sumados a las restricciones ya tradicionales: casos dumping y subsidios que todavía siguen existiendo y se agregan al contingente arancelario. Nosotros tenemos muchos sectores afectados en el comercio con Estados Unidos y con medidas no arancelarias: carne, maní, lácteo, siderurgia, aluminio, limón, tabaco, miel, cítricos dulces. En definitiva, con todo esto, básicamente Trump ataca el concepto de Nación más favorecida y así apunta a destruir el sistema multilateral que hoy no funciona.

M: Pero hay lugar para actuar o no hay más remedio que mirar y seguir atónitos….Podremos transformar los cambios en un nuevo sistema multilateral o al menos regional, con el apoyo de otros ya que solos no tenemos peso?

F.L.: Claramente no tenemos peso, y tampoco sabemos cómo termina la película.

Porque ahora China está subiendo las restricciones con las tierras raras, Trump subiendo o amenazando con subir todo lo que pueda, escalando los niveles arancelarios, todo lo que genera un componente de caos importante en el mercado internacional.

En este contexto, aquél que es chiquito quizá se pueda meter por las rendijas, en un contexto de oportunidades y riesgos. Cuando hablo de oportunidades, me refiero a competir frente a un jugador que puede ser penalizado como EE.UU. o China. Allí estamos hablando en lo comercial y hay que utilizarlo. De hecho, en la CERA analizamos estas cuestiones en forma permanente y le decimos a los socios en qué mercado puede haber una oportunidad. Al mismo tiempo, como decía antes, hay sectores afectados negativamente, por ejemplo, a partir de la 232 que le pegó a la madera con 10%, en otros no tanto y allí analizamos las posibilidades de competir. Pero hay que ser reactivo..

M: Cómo ve la acción de Cancillería en estos movimientos tremendos en materia de relaciones internacionales…

F.L.: Respecto a Cancillería nos gustaría trabajar más cerca para aprovechar mejor las oportunidades. Tiene gente muy profesional y podríamos hacer un análisis de impacto en conjunto, por ejemplo, en cuanto a cuál sería el mercado donde se podría llegar con nuevos acuerdos…

Además, se debe trabajar puertas adentro del Mercosur ya que en el marco de los acuerdos se deben negociar cupos y allí está la distribución dentro del bloque…. Desde la CERA vemos buenos movimientos y diálogo profesional, como ser la mesa de productos agrícolas, los temas industriales tanto con Cancillería como con Producción. Queremos más porque pensamos que se puede mejorar, pero se trabaja muy bien.

Lo que sucede es que el mundo está parado y mirando qué pasa.

Veo por ejemplo, que hay mucha expectativa respecto a un acuerdo comercial con Estados Unidos. Pero hay muchas cuestiones que son no arancelarias, que vienen desde hace tiempo, y es allí donde hay que trabajar. Además están las nuevas regulaciones de EE.UU. y que nos van a ir pegando de a poco, habrá que ver cómo se negocia..

M: A nivel Mercosur siguen las diferencias ideológicas que se ponen por delante….

F.L.: Se ha avanzado, por ejemplo, con los acuerdos Mercosur-Unión Europea, Mercosur-EFTA, que creo que puede tener un impacto más importante en inversión. Otros frentes quizá menores como Panamá, El Salvador, aunque no impacta en cuanto a un boom de comercio, pero todo sirve y genera vínculos.

M: El empresario se ve un poco agobiado con tantos cambios a nivel de regulaciones para acceder a los mercados, cómo digerir la información y que sea correcta…

F.L.: Como decía, nosotros desde la Cámara hacemos ese trabajo, analizando el contexto global y los cambios que se van dando, ya que es muy difícil para las empresas hacer un seguimiento día a día y ver dónde se va generando las oportunidades. Incluso venimos haciendo hasta capacitación in house con algunas empresas – muchas de las grandes-, además de seminarios.

Se trata de una de nuestras líneas de acción claves. La capacitación es central. Estamos convencidos que es la única alternativa para crecer. Esto incluye convenios con universidades, para que nuestros socios – su gente- accedan a cursos con importantes descuentos y sistemas de becas, cursos en inteligencia artificial, es decir, apoyar la formación porque entendemos que es fundamental para poder competir.

Como pocas veces, en la Cámara nos encontramos con un enorme volumen de trabajo, además de participar activamente en todos los frentes como las mesas de los organismos como Aduana, ARCA, Cancillería, entre otros..Es verdad que a veces se están discutiendo algunos temas que ya no tendrían que merecer debate, lo que además representa una pérdida muy grande de energía. Se trata de cosas que son obvias o que en otros países ya están asumidas. Porqué perjudicar a sectores que ya están sangrando?, por ejemplo.

M: La atención de los gobiernos argentinos está en los grandes volúmenes de commodities. Las exportaciones industriales languidecen, pero no parece ser un problema…Ahora Vaca Muerta, la minería….y sigue la soja…

F.L: Sabemos que es enorme el grado de concentración de exportaciones en la Argentina. Vaca Muerta es una oportunidad, hablamos de inversiones, el RIGI, hay cierta trayectoria que se viene desarrollando. Pero creo que se va a empezar a ver en serio en 2027 y a pleno en 2030. Pero hay un camino para llegar allí y es necesario solucionar la realidad actual para no frenar ese impacto. Si hablamos de minería, hay segmentos que están en duda. En litio se están dando cambios estructurales con China como jugador. Al tener producción de litio en roca, puede llevar a producir bajas de precio, en la medida en que China compra litio en salmuera. Podemos aportar grandes volúmenes, pero qué pasa con el precio. En cuanto al cobre, al menos en la Argentina hay temas que no están claros, como las regulaciones vinculadas a licencia social. Además, se viene hablando hace varios años del potencial del cobre como charlas de café. Es un desarrollo que hay que llevarlo a la realidad, a través de proyectos con inversiones concretas.

M: Hay una movida de multinacionales retrayéndose… que parece no es sólo local…

F.L.: Se trata de un tema conceptual: en un contexto donde es posible que se sustituyan las reglas multilaterales de comercio por otras que no se están sobre la mesa, puede llevar a que las inversiones migren adonde tengan mayor afinidad o más previsibilidad. Argentina aún no demostró ser previsible, en general. Hay segmentos como el de la energía con el RIGI, cierta estabilidad, un recurso extraordinario, bajo costo de producción y un precio que, aunque baje, permite exportar, entonces la inversión llega.

Eso ya no pasa tanto con bienes industriales. Una pregunta que puede hacerse cualquier inversor, es porqué las pinturas tienen derecho de exportación. Inexplicable. Cuando ese segmento cayó en exportaciones. Allí se ve que falta un análisis más micro de la situación de cada sector. Si por ejemplo, un inversor ve que en un país lejano es obligatorio liquidar las divisas cuando exporta y debe convertirlas a una moneda que no la quiere nadie, no la puede sacar, no es muy atractivo a la inversión y más aún en un contexto complicado geopolíticamente…

M: Es como que lo único que se mira en los números es “el campo”, y el precio por el volumen de exportación…

F.L.: Eso es así. Pero cuando ves el promedio del precio que exporta la Argentina: es U$600 la tonelada, es decir, muy bajo, allí es donde tendrías que estar preocupado: cómo mejoro el mix de productos exportados. La baja de las retenciones a los commodities agrícolas por unos días, por ejemplo, fue una medida estrictamente financiera, nada estructural ni a largo plazo.

M: Pero el argumento de ser una región de paz en un contexto global conflictivo parece un buen argumento para poner los pies aquí..

F.L.: La región de paz es un atributo positivo que hace a la estabilidad, pero, por otro lado, se contradice con esa inestabilidad y en eso no se ha evolucionado. Pero las expectativas están y esperemos dar vuelta la página.