La formula para dar vuelta el déficit energético y convertirse en exportador puro

Más allá de la macro, los problemas del tipo de cambio, el congelamiento de tarifas o las dificultades para importar, el negocio de la energía hoy aparece notablemente mucho más virtuoso que otros en la Argentina. De hecho, es un nicho central de desarrollo con presente y futuro. Para algunos, la situación en cuanto a que la renta se reparte entre Nación, provincias, municipios, empresas, sindicatos, empleados y proveedores, hace que “se cuide más”. También es un negocio que está más concentrado y el propio peso que tiene YPF, hace que se “proteja” en comparación de otros, como el caso de los agronegocios, donde desde las distintas administraciones nacionales se hace todo lo posible para sacarle plata, sin recibir nada a cambio. Si bien los gobiernos quieren “extraer” plata de la renta petrolera y de los negocios de la energía en general, hoy se da una oportunidad para aprovechar con Vaca Muerta y la situación mejora aún más, en la medida en que hay un contexto internacional y nacional muy positivo. Por lo pronto, en 2024 Argentina tendrá una balanza energética positiva, cuando en 2022 tuvo un déficit de U$7.000 millones.

Respecto a estos temas, dialogamos con Adolfo Storni, gerente general de CAPEX, empresa argentina integrada, dedicada a la generación de energía eléctrica, térmica y renovable y a la exploración y explotación de hidrocarburos en las provincias del Neuquén, Río Negro y Chubut. Luego de más de tres décadas liderando empresas en la actividad frutícola y láctea en la región, Storni pasó hace poco tiempo a la actividad petrolera y nos cuenta de las muy buenas perspectivas. “De todos los sectores productivos de Argentina, hoy el más interesante es el energético. Si bien todos deben invertir para su desarrollo, este sector ya tiene un buen presente y a futuro va a ser mejor todavía”, dice.

Reconoce que la buena realidad y perspectivas, van más allá de problemas de la macro que le pegan a todas las economías en el país, y en particular a este sector con el precio congelado del petróleo local, de los problemas de distribución y de transporte, la falta de oleodutos y de red eléctrica, problemas de importación, tipo de cambio desdoblado y cepo, de no poder utilizar las divisas como las empresas necesitan, retenciones a la exportación, regalías muy altas, entre otros. “Pero aún en este contexto, Argentina ya se transformó nuevamente en exportador y con el potencial de ser un exportador importante más que nada de la mano de Vaca Muerta, el gran ganador”, resalta. Cómo se podría crecer en el futuro aún más si la industria manejara otro tipo de cambio y otro régimen impositivo y se promovieran de ese modo más inversiones. En algunos de estos años de déficit energético se gastó en importaciones prácticamente la mitad del superávit del agro, y de acá al 2030 Argentina puede ser un importante exportador de petróleo y gas -ya sea por gasoducto o por licuefacción- e incluso hasta de energía eléctrica.

Y no todo a partir de Vaca Muerta. Hay un yacimiento importante que va a empezar a producir el año próximo en Tierra de Fuego; además del proyecto de largo plazo off shore a la altura de Mar de Plata. En este campo hay mucho potencial a futuro. Recuerda Storni que últimamente países como Brasil, Guyana; Surinam, Angola, Namibia – en las mismas formaciones han hecho importantes descubrimientos de yacimientos de petróleo y de gas y Argentina tiene muy buenas oportunidades, con buenas chances de éxito, aunque requiere de mucha inversión y son pocas las empresas que pueden hacerlo.

Hoy la Argentina puede sacar el gas y el petróleo, hay precio y demanda asegurada. Si bien falta infraestructura, “la base está”. Vaca Muerta viene siendo una gran aspiradora de talento en recursos humanos y de inversiones.

Es más, hoy el sector de energía, incluso con pocas condiciones y un precio desvirtuado, está invirtiendo U$10.000 millones anuales. Sacando el agro, son pocos los sectores que invierten tanto. Se podría mencionar también a la minería, pero está más rezagada esperando mejores condiciones. Además de gente especializada, Vaca Muerta atrae empresas de servicios muy importantes. Todo a partir de la iniciativa privada, dice Storni.

No hay que olvidar que en su momento, las empresas petroleras encabezaban el ranking de exportación del país que podían generar entre U$3.000/4.000 millones de exportación.

Pero la intervención en el precio desde los distintos gobiernos durante estas décadas para contener la fluctuación del precio internacional y que no pegue en el costo del consumidor, terminó generando un déficit enorme. En este tema, la lógica a futuro para los especialistas, sería manejar el precio del petróleo y el de los combustibles alineando el precio local con el internacional, porque de otra forma se genera una enorme brecha que desincentiva la inversión. Por ejemplo, hoy con el conflicto enMedio Oriente, el petróleo está en U$90 mientras en Argentina se paga U$56. Toda esa brecha se la queda el consumidor – y en algunos casos las refinerías- por un lado a costa de menos inversiones y menos producción futura. En ese sentido, advierte Storni, que la variable de ajuste tiene que ser el componente impositivo del combustible que es la mitad del precio. Es decir que el productor exporte al precio internacional y las refinerías argentinas pagar el petróleo a ese precio. A su vez, el precio del combustible local tendrá que ir de acuerdo a los costos de la refinería, al mismo tiempo que el Estado negociar una reducción del componente impositivo.

Fósil o renovables

Se habla de que hay que aprovechar Vaca Muerta ahora porque los combustibles fósiles tienen un límite dadas las restricciones medio ambientales que ya pegan en muchos mercados y aparecen los renovables. Es tan así?. Storni entiende que en 20 años la demanda de combustibles fósiles no va a desaparecer, pero seguramente la situación energética a nivel mundial será distinta. De hecho, en los últimos 150 años se han generado alternativas. Storni advierte que la matriz energética es algo vivo que se va transformando. Hay desarrollos como el hidrógeno, donde CAPEX es pionera con una planta que tiene más de 15 años. La única que produce el hidrógeno y por ejemplo, lo mezcla con gas y a través de unos generadores alimentan todo un yacimiento en Chubut. De todos modos, para Storni, el negocio del hidrógeno en la Argentinaestá limitado por temas de almacenamiento y transporte. En el futuro podría desarrollarse en forma interesante, pero para exportación, pues Argentina no tiene las instalaciones para poder consumirlo localmente. Advierte, por otro lado, que producir hidrogeno es caro al lado de otros combustibles, por ahora.

Mucho se habla de los nuevos tiempos de sustentabilidad y de energías renovables, pero la diferencia de precio todavía juega. “Hay opciones más verdes, pero más caras y muchos no están dispuestos a pagarlas. Con el hidrógeno estamos en ese momento de transición”, dice.

Si bien mercados como el europeo diseñan políticas con fuertes restricciones a combustibles fósiles, cuando se le plantea a los compradores la diferencia de precio ya no miran la situación con tan buenos ojos. “Se trata de políticas públicas deseadas. De a poco empezarán a demandar energías como el hidrógeno. Y aquí hay que pensar en infraestructura y puertos y la forma de transporte. Es algo a futuro pero que se viene”, señala.

Lo cierto es que para la Argentina la oportunidad es ahora donde el petróleo y el gas tienen precio y mercados. “Vaca Muerta se conoce hace 15 años y recién ahora es una realidad. No quisiera esperar 15 años más para que se desarrolle, cuando se den todas las condiciones, creo que el momento es ahora y Argentina tiene que aprovecharlo”, insiste.

Por ejemplo, el caso del gas ha sido muy exitoso en los últimos cinco años con la explotación en Vaca Muerta, a través del desarrollo de empresas como YPF, Tecpetrol o Pampa Energía.

Cuencas tradicionales

“Hay que desarrollar Vaca Muerta ahora y al mismo tiempo darle a las cuencas tradicionales las herramientas y políticas públicas para continuar siendo competitivas. Porque allí hay mucha gente e infraestructura y si no se hace nada distinto, va a haber una declinación importante”, advierte. Y en ese sentido, resalta la mano de obra calificada y muy bien remunerada que trabaja en Pico Truncado, Caleta Olivia, Comodoro o Mendoza y que sin cuencas va a tener que migrar a Vaca Muerta u otros países.

La ventaja de la explotación de Vaca Muerta, dice, precisamente, está en que tiene el costo de producción más bajo, frente al resto de las cuencas en donde se tendrá que hacer algún trabajo a medida, para darles más competitividad, añade.

Advierte que el negocio del petróleo convencional en las cuencas convencionales no se puede medir, ni puede tener las mismas condiciones y reglas de juego que el no convencional, pues el primero tiene costos de producción mucho más altos, como las que están en Santa Cruz, Chubut, Mendoza o Salta. “La explotación de los pozos no convencionales crece en forma explosiva en los primeros años, hay más productividad y masificación como ocurre hoy en Vaca Muerta, donde se da un proceso masivo casi industrial que se va desarrollando de a varios pozos juntos. Eso genera ahorro, a partir de la continuidad y productividad”, apunta.

Por ejemplo, un pozo tipo de Comodoro Rivadavia produce 70 barriles por día y en Vaca Muerta el primer año estamos hablando de 600/700 barriles; es decir 10 veces más. Asimismo, resalta Storni que el repago de un pozo en Vaca Muerta es mucho más rápido que el de los convencionales. En la medida en que avanza la vida de un yacimiento, para mantener la producción aparecen tecnologías diferentes, como la recuperación secundaria, por ejemplo, inyectando agua o terciaria con polímeros con otra densidad. Pero son sistemas más caros. De allí que no es posible pretender que con esa diferencia de productividad y de costos, ambos sistemas tengan las mismas condiciones. En ese sentido, señala Storni que las empresas están solicitando para todas las cuencas tradicionales la baja de regalías, la exención de Ingresos Brutos, en ciertos casos un tratamiento laboral distinto. A diferencia de la extracción no convencional, en los pozos tradicionales hay mucha mano de obra, se necesita más gente por las reparaciones, por ejemplo.

Infraestructura y logística

Storni destaca lo positivo de la construcción del nuevo gasoducto, la ampliación de un oleoducto propiedad de varias petroleras que terminarán pagando los usuarios; la ampliación de la capacidad del puerto de Bahía Blanca para poder exportar más petróleo, algunos proyectos de instalaciones para licuefacción para exportar más gas; los gasoductos a Chile, Uruguay y Brasil y el potencial de la reversión del gasoducto que baja gas de Bolivia, aunque queda mucho por definir. Por ejemplo, el crecimiento de la producción local y la caída de la demanda ha ido reduciendo la necesidad de importar y utilizar los grandes barcos de liquefacción instalados en Escobar y Bahía Blanca y el enorme gasto que ello implica. Seguramente seguirán operando por un tiempo en picos importantes que puedan aparecer. Todavía la Argentina no está pudiendoautoabastecer 100% en los períodos de mucha demanda, pero son pocas semanas al año. El gasto será mucho menor. Uno de los temas claves en la competitividad de Vaca Muerta es la logística. Para el directivo, si se mira la salida de la producción de Vaca Muerta por Bahía Blanca, por más que hay ampliaciones del oleoducto, todavía es insuficiente. De hecho, hoy se sacan volúmenes de Vaca Muerta en camión. Por otro lado, se abrió el oleoducto que no estaba operativo para exportar crudo a Chile. Serán unos 40.000 barriles diarios, que suman. Aún están en agenda, los proyectos de YPF para encarar un puerto importante en Río Negro para incluso desarrollar una planta de licuefacción. Para que la salida por Bahía Blanca crezca, opina, tendría que hacerse otro oleoducto o también se puede repotenciar el actual, pero esto no permite saltos importantes sino marginales. Evidentemente es necesario invertir en más infraestructura.

“Argentina necesita inversiones importantes en oleoductos, gasoductos y en redes de transmisión eléctrica. De hecho, hoy la red de transmisión eléctrica está totalmente tomada. Estamos corriendo de atrás”, afirma Storni. Esto se ve con la imposibilidad de instalar una planta de generación térmica base gas o una eólica o solar porque no hay infraestructura de transporte y así el negocio de renovables está congelado porque Argentina no tiene capacidad de transporte. Si llegara a venir una reactivación de la demanda de energía eléctrica muy importante, se podría producir más pero no hay cómo transmitirla. Por esta razón, por ejemplo, hoy hay parques eólicos que no pueden inyectar toda la energía que producen.Advierte finalmente, que Argentina cuenta con el segundo reservorio de gas del mundo y con la expansión de la producción de gas a nivel local, puede generar una baja de costos para mucho consumo residencial e industrial en el país y especialmente en lugares remotos donde no existe red de gas natural. Hoy se manejan centrales con fuel oil y con gasoil y a partir de distintos componentes. El gas podría ser la matriz energética por excelencia de Argentina y hay que aprovecharla hoy, no esperar 20 o 30 años. Y más allá de las trabas y limitaciones locales oficiales o la presión impositiva, el precio internacional ayuda. No es lo mismo encarar un proyecto de inversión con un precio de U$90 que a U$30.En ese sentido, Storni entiende que los candidatos presidenciales ven al sector como una enorme oportunidad. “La naturaleza y el mercado nos han puesto frente a este desafío y hay que aprovecharlo ahora, generando las condiciones para que se desarrolle aún más en forma inmediata. El de la energía es hoy es uno de los sectores estratégicos. Es una realidad y con que hagamos las cosas en forma inteligente, va a desarrollarse todavía más en el futuro”, cierra.

La nota en nuestra revista